por Yasel Toledo Garnache, publicado en su blog Mira Joven (Cuba)
Participé en varias conferencias de Rosa Miriam Elizalde. Desde el público, escuchaba, anotaba…, deseaba conversar con ella sobre tecnología, Internet y blogs en el país. Minutos antes de las premiaciones en elFestival Irma Armas In Memoriam, hace algunos meses, por fin lo logré. Reproduzco parte del diálogo con la también editora del sitio webCubadebate y miembro del Comité Nacional de la Upec.
-¿Cuál es el papel de los periodistas dentro del conjunto de blogs cubanos?
-Es una paradoja que siendo los periodistas de los primeros en recibir las facilidades para conexión, incluso la internacional que permite acceder a plataformas de blogs de forma relativamente fácil, no se sumen en mayor medida a la blogosfera nacional. Ellos le pueden aportar mucho a la blogosfera en el país, y algunos lo hacen.
Reconozco que ese proceso se ve acompañado de problemas de la prensa tradicional, con las restricciones y excesiva regulación externa. El problema es que se ve a los blogs como una prolongación o extensión de los medios oficiales, limitando la propia naturaleza y las características de estos espacios, diarios personales. Primero por influencias burocráticas, presiones externas, controles excesivos, que han limitado la creatividad y la participación de periodistas en blogs.
Es muy difícil que alguien esté en un sistema con tanta regulación y que después se comporte de otra manera, sin temores, en su bitácora. Lo que ha ocurrido es que se ha reproducido mecánicamente la manera de conducirse en un medio tradicional, y no es lo mismo. No ha sido el proceso natural de los blogs en el mundo, espacios ciudadanos para interactuar. Muchos medios también los utilizan como especies de columnas añadidas.
Esa participación no puede ser sobre la base de una gestión informativa con centro en un modelo de gestión que ha entrado en paradoja con la sociedad contemporánea, en otras palabras, con el paradigma de los medios de comunicación masiva, muy verticalista, donde prácticamente se controla toda la información, donde hay poco espacio para la subjetividad del periodista.
Imagina cuando aumente el ancho de banda, el acceso en las universidades, lo que eso pudiera provocar. Será inevitable que los muchachos se expresen en los blogs. Nosotros tenemos una gran responsabilidad en ese escenario. Hay que salir de las trabas y de los métodos burocráticos de intervención en la red. La cosa no es que hay que tener un blog, sino que se sienta la necesidad de tenerlo porque se tiene algo que decir, una opinión personal. Todavía algunos no tienen eso muy claro.
A veces, las bitácoras mueren porque nadie las ve, son autorreferenciales, no se interconectan, verdaderamente. La mayor parte en el mundo es spam. En Cuba, ya se diferencian mejor unas propuestas de otras. Quienes han sido persistentes, quienes se expresan con más naturalidad, se destacan por encima de otros que, sencillamente, no evolucionaron.
Hay momentos en los que esos espacios han cobrado una dimensión, una utilidad y un impacto enormes, como durante fenómenos naturales. Recuerdo cuando aquel ciclón que entró por Baracoa. Algunos periodistas se fueron a los blogs y generaron propuestas informativas de una tremenda calidad, de alguna forma había una narrativa mediante la que la gente contaba sus propias experiencias. Ahí comenzaron a aparecer los atisbos de lo que uno espera, esa vivencia personal mediante la que conoces al individuo y por la que lo sigues.
Ojalá que crezca la diversidad. Ojalá que los medios en torno a su perfil editorial, por ejemplo, el periódico del Partido, pueda tener blogs asociados de militantes del Partido, con temas diversos: de economía, de historia, de lo que sea, con la ayuda y la participación de los periodistas. Y que la Juventud también tenga a sus blogueros. Y que medios impresos tomen trabajos de ahí para visibilizarlos. Es importante que se reflejen las opiniones de la ciudadanía. Esa construcción hay que ponerla sobre rieles que aporten a una estrategia de país, a un proyecto y no que otros sean los que intervengan de manera interesada o por lo que sea, construyéndonos otra cosa.
-Problemas de conectividad…
-Por supuesto que sí. Lo sé porque trabajo el tema desde hace mucho. Es una verdadera agonía administrar un blog desde un acceso conmutado y, por supuesto, eso limita muchísimo. Por correo no es igual, porque no puedes poner la imagen donde quieres, no es la misma gestión. Eso hay que resolverlo. En un mundo que va a alta velocidad, no podemos seguir con coches de caballo.
Sé que en el país hay una discusión y bastante consenso en torno a que no puede haber desarrollo, ni participación política, ni intervención en los espacios donde se debaten y se deliberan los fenómenos y problemas mundiales, y, sobre todo, donde está en juego parte de la imagen del país, si no estamos conectados, y esa conexión se debe ajustar o acercarse en lo posible a la realidad de otros países, particularmente en los sectores que pudieran sacarle más provecho para el desarrollo y para la visibilidad política de la nación.. El ADSL, lo que más se utiliza aquí para conexiones relativamente rápidas, está demostrando que es insostenible mediante la infraestructura de la telefonía.
-Competencias de periodistas…
-A los de mayor edad les cuesta más trabajo por lógica natural, pero tienen y pueden aportar su cultura profesional, un conocimiento, una memoria histórica. Los jóvenes pueden aportar su experticia para utilizar esas herramientas. Y tiene que haber esa conjunción en las Redacciones y modelos de gestión que se parezcan a los nuevos tiempos para construir algo juntos. No se trata de machacar a los viejos porque no están en Facebook. Esas personas tienen otras competencias.
En el mundo, así funcionan las grandes Redacciones: una persona de 70 años, un periodista estrella, se pone frente a la cámara para comentar un suceso y aporta su experiencia, su prestigio. Ojalá podamos llegar a eso. Pero no se construirá con una receta, cada medio deberá hacerlo a partir de sus necesidades, de sus audiencias, de sus intereses, de sus características.
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